Cómo Ahorrar En Calefacción Para Reducir Tu Factura De Gas

En los meses más fríos del año, el gas se convierte en uno de los grandes aliados para conseguir una temperatura agradable en el hogar.

El gas es, a día de hoy, uno de los suministros energéticos más utilizados en nuestro país. Tanto el gas natural como el gas licuado son alternativas energéticas compatibles con las necesidades de calefacción, agua caliente sanitaria y cocina. Precisamente, por su carácter multifuncional y por su elevado poder calorífico, muchas personas lo escogen como fuente de abastecimiento energético principal.

Así, en los meses más fríos del año, el gas se convierte en uno de los grandes aliados para conseguir una temperatura agradable en el hogar.

Pese a que los consumos de calefacción se intensifican en estas fechas, lo cierto es que con una correcta gestión y con un consumo responsable podrás evitar que tu factura de gas sufra grandes incrementos.

Cómo Ahorrar En Calefacción

En este post vamos a compartir contigo algunos consejos y te contaremos cómo ahorrar en calefacción.

1. Extrae el aire de los radiadores

Una de las acciones indispensables para obtener el máximo rendimiento y ahorro con tu calefacción de gas es extraer, periódicamente, el aire acumulado de los radiadores. Es necesario purgar los radiadores al menos una vez al año para evitar que se acumulen pequeñas burbujas de aire que puedan dificultar la circulación del calor. La formación de estas burbujas obstaculiza el proceso y, por tanto, requiere tener la calefacción encendida durante más tiempo para lograr la temperatura deseada. Llevar a cabo una buena limpieza de los equipos también es importante, ya que la suciedad también podría generar una barrera térmica.

2. Cambia tu caldera por una de bajo consumo

Instalar una caldera adecuada también resultará fundamental para el ahorro. Aunque las calderas de bajo consumo suponen una inversión inicial mayor, con el tiempo comprobarás que las facturas se reducirán notablemente. Son equipos más eficientes y, por tanto, son capaces de generar la misma energía consumiendo menos gas. Por otro lado, es importante prestar atención a la revisión periódica de la caldera para conocer su estado y comprobar su correcto funcionamiento.

3. No cubras los radiadores

Aunque a veces resulta una acción bastante habitual en la rutina diaria, cubrir los radiadores con ropa húmeda para que seque o para calentar las prendas es un error que puede aumentar notablemente tu factura de gas. Al cubrirlos con prendas u otros objetos (muebles, objetos de decoración…) estarás formando una barrera térmica y los radiadores tendrán que trabajar más para llegar a calentar el aire de la casa. Si quieres ahorrar en calefacción, evita llevar a cabo estas prácticas.

4. Controla la temperatura del hogar

Aunque algunas personas son más frioleras que otras, lo cierto es que mantener una temperatura en casa entre los 19 y los 21 grados es lo más adecuado para ahorrar energía. Por las noches la temperatura ideal es de 16º, lo que implica, además, un ahorro del 13%. Es preferible mantener una temperatura constante cuando se está en casa para conseguir un mayor ahorro, ya que poner la calefacción muy alta o tenerla encendida cuando no hay nadie en el hogar supondrá un incremento notable en la factura.

5. Apaga los radiadores en las habitaciones vacías

Lo más habitual es tener, al menos, un radiador en cada habitación de la casa, pero muchas veces hay estancias que apenas se utilizan. Para evitar consumos mayores y desperdicio energético, es recomendable apagar los radiadores de esas habitaciones que no utilizamos. Con esta medida conseguirás evitar sobrecostes indeseados en tu factura de gas.

6. Aislar puertas y ventanas

La diferencia que existe entre la temperatura exterior y la del interior de una vivienda con calefacción es muy grande. En este contexto, debes saber que el calor tiende a expandirse hacia los espacios más fríos. Un buen truco para evitar que el calor se escape a través de puertas y ventanas es apostar por un buen aislamiento. Poner burletes, alfombras o esterillas en el hueco entre la puerta y el suelo es una acción recomendable. En el caso de las ventanas, si son de doble cristal, la pérdida de energía se puede reducir hasta un 50%.

7. Ventila la casa temprano

Aunque en invierno cueste más abrir las ventanas y enfrentarse al frío, es necesario ventilar la casa. Lo más adecuado es abrir las ventanas por la mañana con las persianas subidas durante unos 10 minutos. Así se evitará ventilar al medio día o por la tarde, cuando el hogar ya cuenta con calor acumulado. Si el frío entrase con la casa ya caliente, se requerirá un gasto de energía extra para recuperar la temperatura confortable.

8. Utiliza adecuadamente las persianas y cortinas

Otro de los trucos para ahorrar en calefacción es utilizar de forma provechosa las persianas y las cortinas. Es importante mantener las persianas subidas en días soleados para que los rayos del sol también ayuden a calentar la casa. El uso de cortinas, además, es un aislante de calor en las ventanas, protegiendo que no se escape tanto calor por ellas y que no entre el frío del exterior.

9. Pon paneles reflectantes detrás de los radiadores

No es una de las soluciones más estéticas pero sí un remedio muy adecuado para ahorrar entre un 10% y un 20 % en el gasto de calefacción. Colocar paneles reflectantes detrás de los radiadores es un gran truco para que el calor no se acumule en la pared y así se disperse con mayor facilidad por la habitación, consiguiendo así que el espacio se caliente antes.

10. Abrígate en casa

Uno de los trucos más antiguos y que, sin embargo, muchas veces olvidamos es el hecho de utilizar prendas cálidas en casa. Es aconsejable encender la calefacción sólo cuando el frío es demasiado evidente. Siempre que se pueda paliar el frío utilizando ropa de abrigo como jerséis o sudaderas, es mejor prescindir de la calefacción.

Como has podido comprobar, basta con un simple cambio de hábitos y con algunos trucos para maximizar el calor generado por la caldera. Poniendo estas medidas en práctica podrás ahorrar entre un 10 y un 40% en tu factura de gas.

Fuente: primagas.es

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¿Por qué es tan importante una adecuada revisión de caldera?

¿Por qué es tan importante una adecuada revisión de caldera?

El mantenimiento de calderas es un aspecto fundamental en lo que concierne al buen uso de la calefacción. Sin embargo, muchas veces no se tiene en cuenta o no se le da la atención necesaria.

En ClimaArte, queremos contarte por qué es tan importante una adecuada revisión de caldera como una apuesta por la concienciación en tal sentido y, al mismo tiempo, con el objetivo de que descubras cómo con este simple paso puedes contribuir a una mejor climatización en tus espacios gracias al uso de calderas de forma eficiente.

Revisión de la Caldera

Una de las maneras de conseguir eficiencia en calefacción es mediante la revisión de la caldera, una práctica que debería ser más habitual en todo espacio que cuente con este sistema. El mantenimiento hace posible tener la seguridad de que la caldera funciona de manera adecuada, produciendo agua caliente de la forma más eficiente, y así se reduce el consumo energético a la vez que se aumenta la vida útil de la caldera.

La reparación de calderas tiene costes elevados y muchas veces se llega demasiado tarde a la instancia en la que la caldera tiene arreglo. Esto quiere decir que existen diversos casos en los que posponer la revisión ha ocasionado averías imposibles de solucionar y, por tanto, se ha tenido que reemplazar por completo con todos los gastos que esto genera.

Por otra parte, muchas veces las calderas se rompen o hay averías serias en el sistema que implican cambiar piezas difíciles de conseguir o demasiado costosas. Este es un punto a tener en cuenta, porque independientemente al servicio técnico, el hecho de no disponer de los repuestos necesarios puede conllevar el reemplazo de la máquina gastando de nuevo más de lo pensado.

Claramente, el reemplazo de una caldera tiene costes elevados y, por ello, prolongar la vida útil de la misma es el mejor camino para no tener que desembolsar grandes cifras de dinero. Como consejo, no esperes más de lo debido porque el mantenimiento de calderas no es un gasto superfluo, e implica cuidar tu inversión y hacer que incluso ésta sea de las más rentables.

Cuestión de Seguridad

Debido a su función, a los componentes que posee y a la forma de operar de una caldera, se concibe a ésta como una instalación que debe ser realizada de manera efectiva por profesionales con conocimientos especializados en el área; de no ser instaladas por técnicos adecuados, podrían ocasionar riesgos a tener en cuenta.

Las calderas como artefactos generadores de calor se encargan de conducirlo a éste en forma de agua o vapor. Como elemento que trabaja a presión, puede producir una expansión brusca del vapor y del agua de su interior. Si alguno de los componentes del sistema colapsa, algo que puede ocurrir por falta de mantenimiento, esto puede ocasionar resultados desfavorables para el contexto en el que están instaladas.

La corrosión o la acumulación de sarro son algunas de las dificultades que se encuentran en una revisión de caldera que hace tiempo que se debiera realizar, pero que se pospuso por negligencia suponiendo un riesgo que se debe evitar.

Para no llegar a escenarios tan perjudiciales como este, es fundamental el mantenimiento de calderas de manera regular porque además otro aspecto a considerar es el monóxido de carbono como enemigo silencioso en cualquier hogar. Este como gas inodoro no se puede detectar de forma manual, así es que en caso de que existiera una fuga de este gas en una caldera sólo los técnicos que realizan el mantenimiento podrían identificarlo y solucionarlo.

Al reducir las emisiones de gases tóxicos en la atmósfera, contribuyes al cuidado del medio ambiente, algo que además se verá doblemente fortalecido si tenemos en cuenta el primer punto que es la eficiencia energética como medida de ahorro.

¿Cada cuánto tiempo debe revisarse la caldera?

Teniendo claro por qué es importante el mantenimiento de calderas, ahora sólo resta conocer cuál es la frecuencia ideal para llevar a cabo esta tarea.

  • De acuerdo con el Reglamento de las Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE), el usuario de una caldera de gas doméstica debe hacer una revisión cada dos años de forma obligatoria para un funcionamiento y seguimiento óptimo.
  • Las calderas de gasóleo, por su parte, deben ser revisadas todos los años aunque incluso este tiempo podría ser menor, dependiendo de lo que se especifique en el manual de mantenimiento del fabricante.

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